“Os han hecho creer que se supone que debéis ser así, pero no es verdad. Somos jóvenes, es normal que bebamos demasiado, es normal que tengamos mala actitud y que queramos follar como conejos. Estamos diseñados para la juerga, es lo que toca.
Sí, algunos palmarán de sobredosis o se quedarán de la olla, pero Charles Darwin dijo que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos; y de eso va todo; de romper huevos. Y por huevos me refiero a ponerte ciego con un cocktail de pastillas…
Si pudierais veros… Me parte el corazón, ¡lleváis chaquetas de punto!
Lo teníamos todo. La hemos cagado más fuerte y mejor que ninguna generación antes que la nuestra. Éramos preciosos: ¡Somos unos inútiles!
Yo soy un inútil y pienso ser un inútil hasta los veintimuchos o incluso hasta los treinta y pocos ¡y me follaría a mi propia madre antes que dejar que esta tía, o cualquier otra, me quite eso!”.
Hace unos meses, cuando aparecía el single del nuevo disco de La Oreja De Van Gogh, muchos de sus seguidores y público en general no daban crédito al escuchar el nuevo sonido del que muchos suponíamos paradigma del pop en el más amplio significado de esta palabra (música con estructura simple, melodía pegadiza, instrumentación en segundo plano y letras poco controvertidas). Pues bien, al escuchar este nuevo single nos vimos obligados a cambiar este esteriotipo por completo. Si bien seguía siendo muy popero, la electrónica irrumpía dándole al single un sonido discotequero, al más puro estilo versión remix de algún tema de Bisbal. Ahora la incógnita era como sería el resto del disco, así que la expectación creada por la salida del álbum fue máxima.
Era inevitable acordarse de Dover, grupo que ya nos sorprendió en su momento al experimentar un salto nada más y nada menos que del grunge a la electrónica. En este caso el cambio fue total, en todas sus canciones e incluso en posteriores discos, pero con LODVG todavía todo eran incógnitas.
Hay que reconocer que ya en su anterior disco (A Las Cinco En El Astoria) se vislumbraban algunos arreglos de este tipo. Supongo que sería un acercamiento para ahora apostar definitivamente por este estilo, quizás viendo que tras 5 discos de estudio y otros cuantos recopilatorios, ya era hora del cambio. 14 años haciendo lo mismo cansa a cualquiera y más en el estilo lineal y facilón que ellos se movían. Lo alternativo está de moda y como mínimo había que intentarlo.
El 13 de septiembre el disco salía a la luz y todas esas dudas se destapaban. A continuación vamos a analizar las canciones una a una:
1 - La niña que llora en tus fiestas: Tema elegido como single. Canción electrónica desde el primer segundo hasta el último. Hay que reconocer que te invita bailar.
2 - Día cero: Este segundo corte sigue en la línea del sonido innovador del grupo, esta vez empieza tranquila y rompe hacia el medio minuto. Muy bailable de nuevo. Sonará muy bien en las radiofórmulas.
3 - Paloma blanca: Canción lenta en el que apenas se aprecian arreglos electrónicos. Podría ser un tema de cualquiera de sus otros discos.
4 - Cometas por el cielo: tras el descanso que nos dan el la pista anterior, vuelven con un tema muy electrónico. Aquí apenas se aprecian los instrumentos originales incluso en la voz de Leire hay numerosos arreglos. Va de menos a más. Estribillo muy pegadizo.
5 - Las noches que no mueren: Típica canción de La Oreja De Van Gogh. Aunque con buenos arreglos. En el estribillo irrumpe toda una orquesta y los coros, aunque artificiales, quedan bien.
6 - El tiempo a solas: Podría ser cualquier canción de “A Las Cinco En El Astoria” nada que destacar.
7 - Promesas de primavera: Esta canción me recuerda a alguna de Formula Abierta o algo así. Para canción del verano hubiera estado bien, lástima que estemos a finales de septiembre… Sobra en el disco.
8 - Un minuto más: es la balada del disco. Tipo “Jueves”. La voz de Leire sola, esta vez en lugar de con el piano, acompañada de la guitarra exclusivamente en casi toda la canción.
9 - Mi calle es Nueva York: Me gusta esta canción. Estribillo enérgico, pero echo de menos algo de electrónica. Empieza a esfumarse el cambio de estilo que nos prometían en el inicio del disco.
10 - Mientras quede por decir una palabra: Más de lo mismo, canción lenta con buenos arreglos de cuerda, pero nada más. El disco ha decaído.
11 - Esta vez no digas nada: La letra de este tema deja mucho que desear, no creo que tardaran más de cinco minutos en hacerla. El estribillo y casi única letra de la canción dice: “ven conmigo por la ciudad” “ven conmigo a bailar”. Supongo que la finalidad de la canción es ser pinchada en las discotecas. Su ritmo lo permite. Terminan el disco como lo empezaron, con un tema bailable.
La conclusión que sacamos al escuchar el disco es que no es tan innovador como su single prometía. Quizás fuera tan solo una estrategia de marketing muy bien llevada. Por lo tanto que nadie se espere escuchar a los nuevos Dorian. Ni si quiera los podríamos equiparar con el cambio que experimentó Dover. Es el mismo grupo de siempre con algunas canciones más electrónicas que de costumbre. Eso sí, este año vamos a bailar mucho en las discotecas con La Oreja de Van Gogh.
Parece ser que no está todo perdido. Con un poco de suerte el rock emergerá de entre sus cenizas, fuerte, implacable, dará un puñetazo sobre la mesa y de una vez por todas, pondrá las cosas en su sitio. Hay lugar para la esperanza y para pensar que podemos conseguir que el rock vaya tomando importancia cada vez en más ámbitos y entornos.
El caso, y voy al grano, es que si Fondo Flamenco (uno de los grupos abanderados de ese género al que podríamos llamar flamenco-pop, que surge a finales de los 90 con grupos como El Barrio, La Húngara o Andy y Lucas) experimenta un cambio tan radical y sorprendente como el que experimentó en su ultimo disco, nos damos cuenta de que algo está cambiando. El rock está de moda. Y como yo ya he dicho en otras ocasiones, más concretamente, lo alternativo está de moda.
Y es que no pude evitar reír casi a carcajadas cuando vi a “los nuevos” Fondo Flamenco. No podía ser. El grupo al que cientos de niñas embadurnadas de oros y niños con ceniceros en el pelo habían idolatrado; ahora llevaban el pelito largo, barba de tres días y Ray-Bans.
ANTES
AHORA
Juro que son las mismas personas.
Pero su aspecto no era lo único. El cambio en su música también había sido considerable. De hecho fue escuchando su single y viendo su videoclip como me interesé por ésta historia:
Analicemos este single:
Mensajes revolucionarios: “no voy a la iglesia prefiero dar mi euro al negro de la rotonda de Mediamark”; citas históricas: “como dijo Graucho: paren el mundo que me bajo”; mensajes reivindicativos: “si tu te vas a quedar de brazos cruzados, si te conformas con ser uno más del rebaño, yo no tengo dueño ni tengo cadenas”; intelectualismo: “os he visto en la tele sólo un poco, yo prefiero la radio, que no me miente tanto” “Las películas de libros nunca me gustaron, mi padre me enseñó a sumar con el gordo y el flaco”; esa voz intentando imitar algo parecido al soul, en vez de a Canelita y esa batería del final… Mis oídos no daban crédito a lo que estaban escuchando. Así que me armé de valor y decidí escuchar el disco entero, la curiosidad me pudo.
Cuando escuché la 1º pista (“Fantástico”) lo único que pude hacer fue llevarme las manos a la cabeza. Empezaba así:
Nada más y nada menos que con este corte del mítico Silvio, estandarte del rock andaluz en los 80, diciendo una de sus más famosas frases. Un claro guiño al rock y declaración de intenciones desde el primer segundo del disco.
La 4º canción (“Ruina”) empieza con un riff de guitarra eléctrica, el cual nadie diría que éstos chicos sabían ni siquiera lo que era eso. Sí es cierto que la canción decae claramente a medida que avanza, pero ese inicio vuelve a ser un claro guiño al rock.
La 5º (“Me Encanta”) empieza de nuevo con un ritmo que nada tiene que ver con lo que entendíamos por Fondo Flamenco; y en el estribillo rompe con un slide de guitarra y con una enérgica batería. Vuelve a decaer en las estrofas, pero algo es algo.
La 6º (“La última luna de abril”) no está mal, aunque es un poco de lo de antes, pero el estribillo me gustó: “Aquellos 60, un romance de película, una obra de Shakespeare con un final triste”. ¿En serio éstos saben quién es Shakespeare?
Llego a la 10º y no quiero ni escucharla. El título: This is my love. “Como canten en inglés me tiro por la ventana” pensé. Menos mal, no se atrevieron a tanto, sólo alguna frase en el estribillo. Pero repito lo mismo de siempre, ya es algo. Ahí ya se están arriesgando a perder a muchos de sus habituales seguidores, los cuales si no tienen ni la E.S.O., difícilmente sepan inglés.
En la 12º (“Legañas”) vuelve a haber riffs muy marcados, pero lo más fuerte es que hacia la mitad de la canción nos encontramos con un sólo (no me lo puedo creer). No es muy largo, pero no le pidamos peras al olmo. En cuanto a la letra, cabe destacar que hay una parte como rapeada. Están de un alternativo que se salen.
En la 14º, para cerrar el disco, preparaos, meten nada más y nada menos que una ranchera. ”Sureños”, se llama (muy recurrente el título). Lo mejor: la voz como de americanos que ponen. Se han vuelto completamente “creisis”.
Del resto de pistas no hago reseñas porque no tienen nada, son de su estilo anterior. Tampoco os paséis.
En conclusión, y dejando aparte el tono irónico de éste análisis, saquemos conclusiones en serio: De acuerdo que no van a ir al Sonorama. Que probablemente ni siquiera lleguen a la altura de los Melocos. De hecho yo no voy a volver a escuchar el disco. Pero joder, algo es algo. Y si no, volver a mirar las fotos de arriba. Que lo que tenía el del medio debajo del ojo en la primera foto es un piercing, con sus dos bolitas blancas y todo. Aplaudamos los cambios para bien y ojalá muchos sigan su ejemplo.
Historias vacías y camas llenas; desconocidas y desconciertos; mentiras y verdades a medias.
Amores alcohólicos, lagunas mentales, cumplidos auto convincentes, besos con sabor a ron…
Ser sólo un poeta de bragueta y revolcón.
No quiero más frases hechas, quiero que se me trabe la lengua por los nervios de tenerte cerca.
Estoy cansado de ser un trovador de contenedor, que colecciona princesas a los pies de su cama, de las cuales, al día siguiente, ni si quiera recuerda sus nombres.
El otro día navegando por la red, entre el aburrimiento y la curiosidad, fui a parar con una noticia de hace ya más de un año, pero que llamó poderosamente mi atención. El titular era “A DANI MARTÍN NO LE GUSTAN LOS PLANETAS Y SE VE MÁS INDIE QUE MUCHOS INDIES”. Mis ojos no daban crédito y rápidamente, mientras pinchaba sobre la noticia, mi cabeza pensaba que no podía ser el Dani Martín que yo creía, pero efectivamente se trataba del ex-líder de ECDL.
Lo mejor es que la noticia venía acompañada de una entrevista grabada en vídeo, donde Dani Martín, que debía sentirse especialmente a gusto, empezaba a despotricar, supongo que sin saber muy bien lo que decía.
Entre las perlas que dejó estaba que Bob Dylan era un pesado o que él era más Indie que muchos grupos que decían serlo. Alguien debería informarle a este personajillo lo que es ser indie y advertirle de que él, lejos de serlo, incluso se podría considerar paradigma de lo mainstream.
Que Los Planetas estén en una multinacional no quiere decir que su música no sea indie. Y que Dani Martín se costee parte de su producción no quiere decir que su música no sea lo más comercial, lineal y facilona que se hace en España hoy en día.
Además, después de hacerse el alternativo diciendo que escuchaba música (en vinilo) tan dispar como Los Ronaldos, GunsN´Roses o Camarón, se atrevió a compararse con Robe de Extremoduro (que debe gustarle bastante) diciendo que estaba de acuerdo con él en muchas cosas.
Debido a lo cómodo que se encontraba, el entrevistador aprovechó para preguntarle por otros temas como las drogas. Dani Martín, en su línea de hablar antes de pensar, reconoció haber probado las drogas alguna vez, “como todo el mundo” aseguró.
Que digo yo que él puede hacer lo que le de la gana, no pasa nada, pero que no meta a todo el mundo en el mismo saco, ya que aunque no se lo crea, hay gente con más cabeza que él que nunca se ha drogado.
La historia de un tweet
Una vez asimilado lo que mis ojos habían visto y mis oídos escuchado, me dispuse a compartir mi asombro por Twitter. Después de dejar el vídeo, para que la gente juzgara, hice alguna reflexión:
Mi asombro fue cuando el señor Dani Martín me contestó, de nuevo sin pensar que su sin razón le haría quedar peor aún:
Y es que, en la misma entrevista, Dani Martín aseguraba que un disco suyo le gustaría a los críticos cuando vendiera sólo 2000 copias. El tío lo decía convencido, en plan “yo soy súper buen músico, tan bueno como Extremoduro y mejor que Los Planetas, lo que pasa es que los críticos me tienen envidia porque vendo mucho”.
A ver si te enteras que, aunque te parezaca mentira, los críticos saben algo de música, por eso alaban a Extremoduro o Vetusta Morla aún siendo los que más venden en España. Y por eso afirman que tu simpleza al componer es equiparable a la de quien le componía las canciones a Xuxa.
No te digo que intentes hacer lo que hace Extremoduro o Los Planetas, tu música es tan necesaria como el reguetón u otras, pero evita las comparaciones, porque siempre saldrás mal parado.
Tras un parón de 3 años Extremoduro vuelve con un nuevo disco de estudio: “Material defectuoso”. Que no os engañe el nombre, de defectuoso no tiene nada, más bien se acerca a una nueva obra maestra del grupo extremeño.
Su último descanso había sido de 6 años (ahí es nada) y Extremoduro volvió con “La Ley Innata” (2008), un disco que constaba de una sola canción de 45 minutos dividida en seis partes imposible de radiar con el que pretendían salirse de lo corriente, ya que está claro que Extremoduro siempre ha tenido algo (o mucho) de alternativo, no tanto en su música, la cual es un sonido puramente Rock, pero sí en sus actitudes (aunque con algunas salvedades de las que hablaremos más adelante).
Ahora, tres años después la fórmula es parecida. “Material defectuoso” de nuevo consta de seis pistas que suman 45 minutos aunque esta vez con la diferencia de que no se trata de una sola canción si no de seis temas claramente diferenciados.
Musicalmente vuelven a poner los pelos de punta. El hándicap de Extremoduro ha sido sin duda el idioma. Si Roberto Iniesta, líder de la banda, en vez de nacer en Plasencia lo hubiera hecho en Washington quizás estaríamos hablando de un fenómeno mundial. Las dotes para la música de los integrantes de Extremoduro son superdotadas y su evolución ha sido clara. No es que se hayan hecho más blandos, como muchos dicen. Es progreso. Madurez que es de agradecer ya que nos muestran todas sus cualidades. Se nota el interés en cada arreglo y en que cada instrumento quede perfecto, cosa que quizás con 20 años no hacían no porque no supieran, si no porque simplemente se la repampinflaba.
Con respecto a las letras no decepcionan. Ahí si que los más puristas no le podrán poner ningún pero. Es puro Rock Urbano, del que hacía tiempo nadie escribía. Todos parecían haberlo dejado de lado definitivamente acercándose más al pop, pero Extremoduro ha vuelto para que no caiga en el olvido y lo demuestran versos como “van tan deprisa, nuestras almas, que se arrollan; que se encuentran cuando nuestros cuerpos follan y follan”. Todo esto sin carecer de sentido, perfectamente hilado como si de la más pura poesia se tratara. Tampoco se olvidan de la protesta y de las quejas en general que no pueden faltar en este género: “Pide un deseo quiero que el odio me salga de adentro, pide un deseo quiero cambiar este mundo tan feo y respirara y poder decir que estoy aquí, que estoy en contra de todo”.
Pero no todo van a ser halagos y hay que darles un toque de atención. Su discográfica distribuía una nota de prensa tan escueta como clara: "No hay vídeo nuevo. No van a dar entrevistas. Ni ruedas de prensa. No hay comentario de texto del nuevo disco. No hay fotos nuevas. No habrá gira". Esta es sin duda la parte negativa de este estreno. Ya hemos hablado antes de las excentricidades de esta banda y además es conocido por todos su punto de vista sobre las leyes de prohibición de libre descarga y copia con las que están de acuerdo. Por esto es que quizás no hay entrevistas para evitar las preguntas comprometidas sobre este tema y no hay gira para evitar episodios vergonzosos como los que ya sucedieron cuando pararon de tocar en mitad de un concierto por que unos pocos fans se encontraban fuera del recinto escuchando su música sin pagar. Estas son las salvedades a las que me refería antes, las cuales parecen no estar acorde con un grupo que aparenta ser radical y alejarse de las ataduras, de las leyes, del sistema y de cualquier norma o restricción.
Roberto Iniesta popularizó en sus conciertos aquella frase tan irónica como reivindicativa que decía: “Podéis hacer lo que queráis, estáis en un país libre, pero eso sí, que no os vean” Hoy parece mentira que el creador de tal frase se convierta en buque insignia de lo que al fin y al cabo no es más que una prohibición como es la de no poder descargar y compartir música libremente
Por fin, después de tres años de espera, Vetusta Morla estrena nuevo trabajo. Desde que en 2008 publicaran su primer álbum, el grupo madrileño, no ha dejado de recibir reconocimientos y su trayectoria ha sido meteórica. Críticos, cronistas y entendidos se encargaron de vaticinar que estos chicos iban a hacer algo importante en el panorama rock de nuestro país e iban a protagonizar el futuro del mismo. Pero aún así, había miedo. Se temía que no pudieran mantener el nivel tan altísimo de su primer disco. De ahí el ansia, que después de tres años al fin vemos saciada con la llegada de su nuevo álbum.
Muchos han sido los que se han atrevido a calificar a Vetusta Morla de mesiánicos al ver en el grupo la última esperanza para el rock en España. Argumentos para pensar esto no faltan. Los Vetusta han sido capaces de aunar a varias tribus musicales y que rockeros, poperos, modernos o indies coincidan por primera vez y sean fieles a la misma banda. Además, quizás por que su única meta sea que su música se escuche, quizás porque supieron ver que nos encontramos en una época en la que internet y las redes sociales vapulean a las discográficas o quizás por ambas cosas, deciden apostar por la música gratis y armados con la bandera indie demostraron que lo importante es el producto, no la publicidad y que ellos tienen el mejor producto.
Pero no todo han sido flores. Como siempre también ha habido críticas para su nuevo trabajo: que si es continuista (si no lo fuera seguro que se le criticaba por no serlo), que si su sonido es mainstream, que si se acabarán volviendo comerciales… críticas las cuales todas parecen estar preparadas de antemano ya que carecen de base lógica. Porque si colgar el disco en formato digital tres días antes de que salga a la venta el formato físico; o si sacar un single de adelanto (“En El Río”) y después gravar el videoclip de otro (“Lo Que Te Hace Grande”); o si irse a Latinoamérica antes de editar el disco y estrenar allí las canciones en lugar de hacerlo en España… si todo esto es mainstream o comercial es que a mi me gusta el reguetón. Así lo cual, por demostraciones constantes como éstas y otras, yo no me atrevería a dudar de ellos y estoy seguro que si ahora después de tres años y de llegar a lo más alto sin ayuda, fuera cuando, por ejemplo, las emisoras de radio decidieran que sus canciones sí son radiables, mandarían a éstas a tomar vientos.
Muchas bandas de las también llamadas indies deberían tomar buena nota, porque ellos sí que se cambiaron de acera y sin embargo, Vetusta puede presumir de habérselo montado por su cuenta, con su propio sello, autoeditándose y además (o a pesar de esto) ser capaces de colgar el cartel de no hay entradas allá donde van. Si a todo esto le sumamos que el día que se colgó el disco en la red, inmediatamente #vetustamorla se convirtió en trending topic mundial en Twitter o que en Tuenti (donde el reguetón suele ser el género predominante), el grupo madrileño ha conseguido en los últimos días copar nicks, blogs y comentarios de toda la red social, nos encontramos en situación de poder vaticinar sin miedo a equivocarnos que, Vetusta Morla, la banda que renunció a venderse y se convirtió en paradigma de lo indie, contradictoriamente, va a reventar el mercado musical, probablemente colocándose en los primeros puestos de las listas de ventas de nuestro país. Y si finalmente esto fuera así, se lo merecerían, por haberlo hecho todo bien.
Que no os engañe el título, no voy a hablar de conflictos matrimoniales, si no de los curiosos casos de grupos musicales que deciden separarse. Éste, en principio, podría parecer un tema sin importancia, ya que al fin y al cabo, es normal, todo se acaba y un grupo no puede durar eternamente. Pero lo verdaderamente llamativo y digno de analizar es lo que ocurre después, ya que hay casos para todos los gustos.
En primer lugar, podríamos analizar a los que dicen que se quieren dar un descanso. Dentro de este tipo actualmente tenemos el conocidísimo caso de “El Canto Del Loco”, que en su “periodo de descanso” se están dedicando a grabar discos. ¿Es eso descansar? Y para colmo, no solo uno, si no dos, porque si antes eran un solo grupo ahora se han multiplicado, como la mala hierba, y tenemos que aguantar tanto a “El Pescao” como a “Dani Martín”. Si no querías caldo, pues toma dos tazas.
Otro caso llamativo y digno de destacar aunque nos tengamos que remontar algunos años atrás, es el de “Huecco”. Antes conocido como “Ivanh”, “Huecco”, fue el líder de una de las bandas más importantes que han existido dentro del “Nu Metal” en español, “Sugarless”, los cuales incluso llegaron a compartir escenario con los mismísimos “Slipknot”. Es cuanto menos curioso que un personaje con tal curriculum llegue a atribuirse el mismo la creación de un género como el “Rumbatón” y sea creador de temas como “Pa´ Mi Guerrera” el cual podría haber sido firmado por cualquier “Wisin”, “Yandel” o algún primo de éstos.
Caso diferente es el de “La Fuga”. El panorama del Rock Estatal quedó conmocionado aquel 27 de octubre del 2009 cuando Rulo (vocalista, compositor y lider del grupo) anunció que dejaba la banda por motivos de “cansancio”. Pocos días descubrimos que no debía de estar tan cansado como decía ya que iba a grabar un disco en solitario bajo el nombre de “Rulo Y La Contrabanda”. En este caso las paradojas seguían ya que el resto del grupo aseguraba que seguirían con la banda, haciendo que todo el mundo se preguntara cómo carajos tenían pensado continuar sin su líder, vocalista y compositor. El resultado fue el esperado: el grupo seguía llamándose “La Fuga”, pero lo único que quedaba de aquella banda que un día estuvo entre las grandes del Rock Urbano, era eso, el nombre.
Por su parte “Rulo Y La Contrabanda”, como también era de esperar, sonaba mas a “La Fuga” que los propios ”La Fuga” por lo que nos encontrábamos en un desaguisado importante.
Curioso también es el, conocido por todos, caso de “La Oreja De Van Gogh”, en el cual a la hora de buscar la voz sustituta de su vocalista, la cual les abandonó esta vez por diferencias con el resto del grupo, optaron por buscar una “imitadora” de la original. Lo positivo en este caso fue que así consiguieron seguir sonando como siempre, además de por la voz tan parecida de la nueva vocalista, porque el compositor de la mayoría de las canciones seguía en el grupo, claro está. De todas formas esto no quitó para que el disco de “Amaia Montero”, su ex vocalista, también sonara a “La Oreja De Van Gogh” llevando esto a la confusión de muchos.
En conclusión podríamos decir que todo esto nos lleva a una adulteración del panorama musical, ya que nos encontramos con cosas tan raras como que para escuchar a “La Fuga” tengo que escuchar a “Rulo Y La Contrabanda” o para escucha a “La Oreja de Van Gogh” tengo que poner a “Amaia Montero”. Pero entonces, ¿si escucho a “La Fuga” a quién estoy escuchando? ¿A “El Canto Del Loco”? Perdonad, me estoy liando, pero es que todo esto me parece un cachondeo.
A nadie se le escapa la gran influencia que tiene Internet en nuestros días. La música también se ha dado cuenta de esto y no ha dudado en utilizarlo. La herramienta más utilizada y más popular en la lucha por darse a conocer es sin duda Youtube. La página web de los vídeos se ha convertido en los últimos tiempos en el lugar donde aristas y no tan artistas, buscan la fama. El procedimiento es “sencillo”, sólo tienes que subir tu vídeo y esperar a que el número de visitas empiece a multiplicarse.
Así, grupos que en otras épocas hubieran pasado desapercibidos, porque al cazatalentos de turno no les convencían, hoy en día llegan al público directamente, sin intermediarios, y así los fans pueden elegir por sí mismos si les gusta o no sin verse influenciados por ninguna publicidad.
Gracias a plataformas como spotify o simplemente colgando su disco en la web, los grupos consiguen que su música sea mucho más accesible. Muchos deciden ser fieles a estos orígenes, y si la música gratis les ha dado su éxito, optan por no venderse, autoproducirse y que su publicidad no sea más que su música y su esfuerzo. Éste es el caso, por ejemplo, de Vetusta Morla un grupo que se dio a conocer gracias al copia y pega en Internet y que así ha llegado a ser uno de los grupos más importantes en el panorama rock de nuestro país.
Otros, en cambio, se dejan seducir por la discográfica de turno y optan por firmar el “contrato de su vida” y pasar en un segundo de no ser nadie a estar a todas horas en todos los canales de televisión y emisoras de radio. Dentro de este grupo nos encontramos con el ejemplo extremo de Justin Bieber, que ha batido todos los records y que cuya historia no es más que un video en Youtube, un cazatalentos avispado y un contrato estratosférico. O como ejemplo más de andar por casa, Pablo Alborán, al que en España se han encargado de vendérnoslo como el nuevo Alejandro Sanz (que me perdone Sanz) y que también fue descubierto en Youtube. La táctica es simplemente metérnoslos hasta en la sopa para que a los quinceañer@s no les quede más remedio que gustarles, porque es lo que está de moda. Pero como decía Coco Channel “toda moda pasa de moda”. Por esto estaría bien preguntarse que pasará con estos grupos cuando primero la inversión en ellos se reduzca a la mitad, después pasen de moda y por último ya no interesen a sus discográficas porque hayan descubierto al nuevo ídolo de Youtube. En este caso funciona muy bien el refranero y podríamos usar ese de “cuanto más alto subas, mayor será la caída”.
Por lo tanto, cuidado, Youtube se puede convertir en un arma de doble filo, y siguiendo con los refranes, me voy a permitir la adaptación de otro, y usar como conclusión aquello de “fama para hoy, hambre para mañana”.
Definitivamente parece ser que no habrá Extremúsika 2011. La exclusión de Cáceres de la carrera por ser capital europea de la cultura ha sido definitiva para que el ayuntamiento desestime la opción de realizar el festival.
El Extrémusika, durante los últimos años que se realizó, fue uno de los festivales más importantes del panorama nacional. En 2009 pasó de celebrarse en Cáceres, su ciudad natal, a hacerlo en Mérida, por diferencias entre el ayuntamiento y la productora. En 2010 continuaron las disconformidades con Cáceres, y Mérida no había dado el resultado esperado, así que se optó por la no celebración del festival.
Este 2011, los rumores decían que, una vez arreglados los problemas entre la productora y el ayuntamiento, el festival podía volver a su ciudad de origen, sobretodo por la necesidad de Cáceres de realizar cuantos más eventos mejor, intentando así avanzar en su lucha por ser capital europea de la cultura en 2016. Pero una vez que Cáceres fue excluida de la carrera europea, la motivación disminuyó tanto que hoy por hoy el festival no interesa.
A todo esto hay que añadirle la crisis económica. Está claro que cualquier festival (o cualquier cosa, me atrevería a decir) en el que un ayuntamiento tenga que invertir económicamente, lo tendrá bastante crudo. Ya el año pasado se notó considerablemente como disminuía el número de festivales por toda nuestra geografía y este año la cosa va por el mismo camino.
Aún así, todavía se oyen voces esperanzadoras que dicen que “A Vallekas”, la productora del Extremúsika, no se da por vencida y todavía busca alguna salida.
Probablemente no sea más que humo, pero de ser así y al final celebrarse, lo que está claro es que no sería en las fechas habituales y debería desplazarse al verano, cosa poco probable, ya que un festival veraniego en Extremadura sería, cuanto menos, tener poca vista empresarial.
Se ha especulado también con la posibilidad de un nuevo emplazamiento en otra ciudad. Humo y más humo.
Lo más probable y, por otra parte, lo más lógico es que, este 2011, un año más, nos quedemos sin Extremúsika.
Muy a mi pesar las circunstancias me llevan a volver a hablar sobre Operación Triunfo. Como aquí ya vaticinamos, al programa no se le veía mucho futuro. Tan cruda estaba la cosa que el desenlace ha sido su precipitado final dos meses antes de lo previsto. El motivo ha sido el que siempre suele ser en estos casos: La baja audiencia.
El pasado domingo día 20, mientras se emitía la última gala de la historia del programa, hacía gracia escuchar como profesores, alumnos y demás defensores del programa, enrabietados, se dedicaban a echar la culpa del fracaso del concurso a los cambios de horario de emisión de las galas, sin darse cuenta que el único culpable ha sido el nuevo formato.
Fallaron desde el principio, en el casting. Apostaron por personajes en lugar de por cantantes, pesando que el modo “Gran Hermano” funcionaría. Éste fue su primer error, pero continuaron con el presentador, con el jurado, con el sistema de expulsión y así con una serie de cambios que rompieron la premisa ineludible de que si algo funciona déjalo como está.
Esta vez la audiencia, además de soberana, ha sido sabía y ha sabido descartar y despreciar un programa carente de interés en todos los sentidos.
Al precipitado ganador, de cuyo nombre ni me acuerdo, se le mantendrá su premio de grabar un disco. Pobre discográfica. Blusens Music no sabe donde se mete. Eva Perales, su responsable y cabeza visible en el programa como jurado, seguramente ahora mismo se esté tirando de los pelos pensando, que aparte de quedarse sin sobresueldo dos meses antes de lo previsto, ahora tendrá que tirar a la basura los costes de un disco cuyos beneficios serán directamente proporcionales al éxito del programa. Háganse una idea.
Como dije al principio, la noticia (que por otro lado, no es nada sorprendente), me ha obligado a repetir tema volviendo a hablar de Operación Triunfo. Pido disculpas por ello. Aunque por otra parte, ¿Por qué no decirlo?, me alegro de haberos informado de esto.
Operación Hermano es el nuevo reality de Telecinco. Camuflado tras una máscara de programa musical, Operación Hermano no es más que otro producto para engordar la audiencia a base de sensacionalismo puro y duro.
Todo el mundo sabe que (por suerte) ninguno de los participantes de este concurso llegará a tener el más mínimo hueco dentro del panorama musical. Pero eso no importa, ya que el fin del concurso, aunque se nos haga creer otra cosa, es simplemente que un canal de televisión especializado en el populacherismo siga creciendo después de descubrir la receta del éxito a base de chabacanería y grosería, en un país en el que es más importante lo vulgar que el talento.
En los últimos años en España hemos aprendido que si “muestras tus sentimiento” o “te muestras tal y como eres” (es decir, si lloras o si eres un maleducado) enhorabuena, has triunfado. En cambio, si te has preparado a base de esfuerzo y talento, lo siento, apenas te llegará para pagar el alquiler.
Solamente hay que echarle un vistazo al elenco de concursantes para darse cuenta de que no priman sus cualidades como cantantes o músicos, sino que están cuidadosamente elegidos para simplemente llamar la atención o dar de qué hablar. No se les elige por como cantan, sino por como visten, por con quien se acuestan o se levantan o por lo dura o traumática que ha sido su vida. Si sólo cantan bien, no interesan. Son más importantes todos estos otros requisitos, que al fin y al cabo van a ser los que llenen los minutos de tertulias compuestas por otros “triunfitos”, “grandes hermanos” o “belenes estebans” de turno, que al final de todo de lo que menos saben es de música.
En definitiva, bajo mi punto de vista, el casting realizado para este programa se asemeja más al de un reality show de convivencia, que al de un concurso musical. Por lo que al final, este 2011, nos encontramos con dos Gran Hermano emitiéndose al mismo tiempo, el original y este nuevo formato enmascarado en programa musical: Operación Hermano.
¿Qué no se llama Operación Hermano? Perdonad, Operación Triunfo, me da igual.
Os voy a contar la historia de un piso en Cáceres donde un grupo de amigos pasarían el mejor año de sus vidas. Los hechos transcurrirían más o menos así:
En el piso siempre había algo “productivo” que hacer, estudiar no era precisamente lo que más hacíamos pero aprobábamos gracias al “poder mental” de Mari.
De vez en cuando se nos iba un poco la cabeza y hacíamos alguna locura o gastábamos alguna bromilla que otra.
Siempre era un buen momento para organizar una fiesta sorpresa o alguna estupenda cenita. Hicimos hasta turismo. Siempre estábamos en primera fila del Tuenti gracias a los estados de Mari o a nuestros famosos montajes.
Nuestras noches de póker eran famosas en todo Cáceres y fuimos yamakasis por un día.
Pero sin duda lo mejor de todo eran nuestros históricos botellones cuyas consecuencias a veces no eran muy buenas, pero siempre nos reponíamos y terminábamos ¡dándolo todo!
Mi primera entrada del blog coincide con el fin de una etapa en mi vida. Ahora comienza otra nueva, en otra cuidad, o quizás en la misma, no lo sé. Pero lo que es seguro es que, sea donde sea, nosotros, de una manera u otra, estaremos siempre juntos.
Ha sido una buena etapa: cinco años fantásticos culminados con un último curso maravilloso. Pero no por esto quiere decir que vaya a ser la mejor. Aún nos quedan muchas cosas buenas por vivir y ¿por qué no?, quizás las vivamos juntos.