lunes, 5 de septiembre de 2011

SI FONDO FLAMENCO SE “ROCKERIZA”, AÚN HAY ESPERANZA.

Parece ser que no está todo perdido. Con un poco de suerte el rock emergerá de entre sus cenizas, fuerte, implacable, dará un puñetazo sobre la mesa y de una vez por todas, pondrá las cosas en su sitio. Hay lugar para la esperanza y para pensar que podemos conseguir que el rock vaya tomando importancia cada vez en más ámbitos y entornos.

El caso, y voy al grano, es que si Fondo Flamenco (uno de los grupos abanderados de ese género al que podríamos llamar flamenco-pop, que surge a finales de los 90 con grupos como El Barrio, La Húngara o Andy y Lucas) experimenta un cambio tan radical y sorprendente como el que experimentó en su ultimo disco, nos damos cuenta de que algo está cambiando. El rock está de moda. Y como yo ya he dicho en otras ocasiones, más concretamente, lo alternativo está de moda.

Y es que no pude evitar reír casi a carcajadas cuando vi a “los nuevos” Fondo Flamenco. No podía ser. El grupo al que cientos de niñas embadurnadas de oros y niños con ceniceros en el pelo habían idolatrado; ahora llevaban el pelito largo, barba de tres días y Ray-Bans.

                        ANTES
                                        
                        AHORA
                       Juro que son las mismas personas.

Pero su aspecto no era lo único. El cambio en su música también había sido considerable. De hecho fue escuchando su single y viendo su videoclip como me interesé por ésta historia:


Analicemos este single:
Mensajes revolucionarios: “no voy a la iglesia prefiero dar mi euro al negro de la rotonda de Mediamark”; citas históricas: “como dijo Graucho: paren el mundo que me bajo”; mensajes reivindicativos: “si tu te vas a quedar de brazos cruzados, si te conformas con ser uno más del rebaño, yo no tengo dueño ni tengo cadenas”; intelectualismo: “os he visto en la tele sólo un poco, yo prefiero la radio, que no me miente tanto” “Las películas de libros nunca me gustaron, mi padre me enseñó a sumar con el gordo y el flaco”; esa voz intentando imitar algo parecido al soul, en vez de a Canelita y esa batería del final… Mis oídos no daban crédito a lo que estaban escuchando. Así que me armé de valor y decidí escuchar el disco entero, la curiosidad me pudo.

Cuando escuché la 1º pista (“Fantástico”) lo único que pude hacer fue llevarme las manos a la cabeza. Empezaba así:


Nada más y nada menos que con este corte del mítico Silvio, estandarte del rock andaluz en los 80, diciendo una de sus más famosas frases. Un claro guiño al rock y declaración de intenciones desde el primer segundo del disco.

La 4º canción (“Ruina”) empieza con un riff de guitarra eléctrica, el cual nadie diría que éstos chicos sabían ni siquiera lo que era eso. Sí es cierto que la canción decae claramente a medida que avanza, pero ese inicio vuelve a ser un claro guiño al rock.

La 5º (“Me Encanta”) empieza de nuevo con un ritmo que nada tiene que ver con lo que entendíamos por Fondo Flamenco; y en el estribillo rompe con un slide de guitarra y con una enérgica batería. Vuelve a decaer en las estrofas, pero algo es algo.

La 6º (“La última luna de abril”) no está mal, aunque es un poco de lo de antes, pero el estribillo me gustó: “Aquellos 60, un romance de película, una obra de Shakespeare con un final triste”. ¿En serio éstos saben quién es Shakespeare?

Llego a la 10º y no quiero ni escucharla. El título: This is my love. “Como canten en inglés me tiro por la ventana” pensé. Menos mal, no se atrevieron a tanto, sólo alguna frase en el estribillo. Pero repito lo mismo de siempre, ya es algo. Ahí ya se están arriesgando a perder a muchos de sus habituales seguidores, los cuales si no tienen ni la E.S.O., difícilmente sepan inglés.

En la 12º (“Legañas”) vuelve a haber riffs muy marcados, pero lo más fuerte es que hacia la mitad de la canción nos encontramos con un sólo (no me lo puedo creer). No es muy largo, pero no le pidamos peras al olmo. En cuanto a la letra, cabe destacar que hay una parte como rapeada. Están de un alternativo que se salen.

En la 14º, para cerrar el disco, preparaos, meten nada más y nada menos que una ranchera. ”Sureños”, se llama (muy recurrente el título). Lo mejor: la voz como de americanos que ponen. Se han vuelto completamente “creisis”.

Del resto de pistas no hago reseñas porque no tienen nada, son de su estilo anterior. Tampoco os paséis.

En conclusión, y dejando aparte el tono irónico de éste análisis, saquemos conclusiones en serio: De acuerdo que no van a ir al Sonorama. Que probablemente ni siquiera lleguen a la altura de los Melocos. De hecho yo no voy a volver a escuchar el disco. Pero joder, algo es algo. Y si no, volver a mirar las fotos de arriba. Que lo que tenía el del medio debajo del ojo en la primera foto es un piercing, con sus dos bolitas blancas y todo. Aplaudamos los cambios para bien y ojalá muchos sigan su ejemplo.





1 comentario:

  1. Fondo flamenco ha terminado separados, en parte por culpa de estos cambios.

    ResponderEliminar