Publicado el 17-9-2011 en http://www.lamusicoteca.com/paginas/criticas.php
Hace unos meses, cuando aparecía el single del nuevo disco deLa Oreja De Van Gogh, muchos de sus seguidores y público en general no daban crédito al escuchar el nuevo sonido del que muchos suponíamos paradigma del pop en el más amplio significado de esta palabra (música con estructura simple, melodía pegadiza, instrumentación en segundo plano y letras poco controvertidas). Pues bien, al escuchar este nuevo single nos vimos obligados a cambiar este esteriotipo por completo. Si bien seguía siendo muy popero, la electrónica irrumpía dándole al single un sonido discotequero, al más puro estilo versión remix de algún tema de Bisbal. Ahora la incógnita era como sería el resto del disco, así que la expectación creada por la salida del álbum fue máxima.
Hace unos meses, cuando aparecía el single del nuevo disco de
Era inevitable acordarse de Dover, grupo que ya nos sorprendió en su momento al experimentar un salto nada más y nada menos que del grunge a la electrónica. En este caso el cambio fue total, en todas sus canciones e incluso en posteriores discos, pero con LODVG todavía todo eran incógnitas.
Hay que reconocer que ya en su anterior disco (A Las Cinco En El Astoria) se vislumbraban algunos arreglos de este tipo. Supongo que sería un acercamiento para ahora apostar definitivamente por este estilo, quizás viendo que tras 5 discos de estudio y otros cuantos recopilatorios, ya era hora del cambio. 14 años haciendo lo mismo cansa a cualquiera y más en el estilo lineal y facilón que ellos se movían. Lo alternativo está de moda y como mínimo había que intentarlo.
El 13 de septiembre el disco salía a la luz y todas esas dudas se destapaban. A continuación vamos a analizar las canciones una a una:
1 - La niña que llora en tus fiestas: Tema elegido como single. Canción electrónica desde el primer segundo hasta el último. Hay que reconocer que te invita bailar.
2 - Día cero: Este segundo corte sigue en la línea del sonido innovador del grupo, esta vez empieza tranquila y rompe hacia el medio minuto. Muy bailable de nuevo. Sonará muy bien en las radiofórmulas.
3 - Paloma blanca: Canción lenta en el que apenas se aprecian arreglos electrónicos. Podría ser un tema de cualquiera de sus otros discos.
4 - Cometas por el cielo: tras el descanso que nos dan el la pista anterior, vuelven con un tema muy electrónico. Aquí apenas se aprecian los instrumentos originales incluso en la voz de Leire hay numerosos arreglos. Va de menos a más. Estribillo muy pegadizo.
5 - Las noches que no mueren: Típica canción de La Oreja De Van Gogh. Aunque con buenos arreglos. En el estribillo irrumpe toda una orquesta y los coros, aunque artificiales, quedan bien.
6 - El tiempo a solas: Podría ser cualquier canción de “A Las Cinco En El Astoria” nada que destacar.
7 - Promesas de primavera: Esta canción me recuerda a alguna de Formula Abierta o algo así. Para canción del verano hubiera estado bien, lástima que estemos a finales de septiembre… Sobra en el disco.
8 - Un minuto más: es la balada del disco. Tipo “Jueves”. La voz de Leire sola, esta vez en lugar de con el piano, acompañada de la guitarra exclusivamente en casi toda la canción.
9 - Mi calle es Nueva York: Me gusta esta canción. Estribillo enérgico, pero echo de menos algo de electrónica. Empieza a esfumarse el cambio de estilo que nos prometían en el inicio del disco.
10 - Mientras quede por decir una palabra: Más de lo mismo, canción lenta con buenos arreglos de cuerda, pero nada más. El disco ha decaído.
11 - Esta vez no digas nada: La letra de este tema deja mucho que desear, no creo que tardaran más de cinco minutos en hacerla. El estribillo y casi única letra de la canción dice: “ven conmigo por la ciudad” “ven conmigo a bailar”. Supongo que la finalidad de la canción es ser pinchada en las discotecas. Su ritmo lo permite. Terminan el disco como lo empezaron, con un tema bailable.
La conclusión que sacamos al escuchar el disco es que no es tan innovador como su single prometía. Quizás fuera tan solo una estrategia de marketing muy bien llevada. Por lo tanto que nadie se espere escuchar a los nuevos Dorian. Ni si quiera los podríamos equiparar con el cambio que experimentó Dover. Es el mismo grupo de siempre con algunas canciones más electrónicas que de costumbre. Eso sí, este año vamos a bailar mucho en las discotecas con La Oreja de Van Gogh.
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