jueves, 22 de septiembre de 2011

COMETAS POR EL CIELO – LA OREJA DE VAN GOGH

Publicado el 17-9-2011 en http://www.lamusicoteca.com/paginas/criticas.php

Hace unos meses, cuando aparecía el single del nuevo disco de La Oreja De Van Gogh, muchos de sus seguidores y público en general no daban crédito al escuchar el nuevo sonido del que muchos suponíamos paradigma del pop en el más amplio significado de esta palabra (música con estructura simple, melodía pegadiza, instrumentación en segundo plano y letras poco controvertidas). Pues bien, al escuchar este nuevo single nos vimos obligados a cambiar este esteriotipo por completo. Si bien seguía siendo muy popero, la electrónica irrumpía dándole al single un sonido discotequero, al más puro estilo versión remix de algún tema de Bisbal. Ahora la incógnita era como sería el resto del disco, así que la expectación creada por la salida del álbum fue máxima.

Era inevitable acordarse de Dover, grupo que ya nos sorprendió en su momento al experimentar un salto nada más y nada menos que del grunge a la electrónica. En este caso el cambio fue total, en todas sus canciones e incluso en posteriores discos, pero con LODVG todavía todo eran incógnitas.

Hay que reconocer que ya en su anterior disco (A Las Cinco En El Astoria) se vislumbraban algunos arreglos de este tipo. Supongo que sería un acercamiento para ahora apostar definitivamente por este estilo, quizás viendo que tras 5 discos de estudio y otros cuantos recopilatorios, ya era hora del cambio. 14 años haciendo lo mismo cansa a cualquiera y más en el estilo lineal y facilón que ellos se movían. Lo alternativo está de moda y como mínimo había que intentarlo.

El 13 de septiembre el disco salía a la luz y todas esas dudas se destapaban. A continuación vamos a analizar las canciones una a una:

1 - La niña que llora en tus fiestas: Tema elegido como single. Canción electrónica desde el primer segundo hasta el último. Hay que reconocer que te invita bailar.

2 - Día cero: Este segundo corte sigue en la línea del sonido innovador del grupo, esta vez empieza tranquila y rompe hacia el medio minuto. Muy bailable de nuevo. Sonará muy bien en las radiofórmulas.

3 - Paloma blanca: Canción lenta en el que apenas se aprecian arreglos electrónicos. Podría ser un tema de cualquiera de sus otros discos.

4 - Cometas por el cielo: tras el descanso que nos dan el la pista anterior, vuelven con un tema muy electrónico. Aquí apenas se aprecian los instrumentos originales incluso en la voz de Leire hay numerosos arreglos. Va de menos a más. Estribillo muy pegadizo.

5 - Las noches que no mueren: Típica canción de La Oreja De Van Gogh. Aunque con buenos arreglos. En el estribillo irrumpe toda una orquesta y los coros, aunque artificiales, quedan bien.

6 - El tiempo a solas: Podría ser cualquier canción de “A Las Cinco En El Astoria” nada que destacar.

7 - Promesas de primavera: Esta canción me recuerda a alguna de Formula Abierta o algo así. Para canción del verano hubiera estado bien, lástima que estemos a finales de septiembre… Sobra en el disco.

8 - Un minuto más: es la balada del disco. Tipo “Jueves”. La voz de Leire sola, esta vez en lugar de con el piano, acompañada de la guitarra exclusivamente en casi toda la canción.

9 - Mi calle es Nueva York: Me gusta esta canción. Estribillo enérgico, pero echo de menos algo de electrónica. Empieza a esfumarse el cambio de estilo que nos prometían en el inicio del disco.

10 - Mientras quede por decir una palabra: Más de lo mismo, canción lenta con buenos arreglos de cuerda, pero nada más. El disco ha decaído.

11 - Esta vez no digas nada: La letra de este tema deja mucho que desear, no creo que tardaran más de cinco minutos en hacerla. El estribillo y casi única letra de la canción dice: “ven conmigo por la ciudad” “ven conmigo a bailar”. Supongo que la finalidad de la canción es ser pinchada en las discotecas. Su ritmo lo permite. Terminan el disco como lo empezaron, con un tema bailable.

La conclusión que sacamos al escuchar el disco es que no es tan innovador como su single prometía. Quizás fuera tan solo una estrategia de marketing muy bien llevada. Por lo tanto que nadie se espere escuchar a los nuevos Dorian. Ni si quiera los podríamos equiparar con el cambio que experimentó Dover. Es el mismo grupo de siempre con algunas canciones más electrónicas que de costumbre. Eso sí, este año vamos a bailar mucho en las discotecas con La Oreja de Van Gogh.

lunes, 5 de septiembre de 2011

SI FONDO FLAMENCO SE “ROCKERIZA”, AÚN HAY ESPERANZA.

Parece ser que no está todo perdido. Con un poco de suerte el rock emergerá de entre sus cenizas, fuerte, implacable, dará un puñetazo sobre la mesa y de una vez por todas, pondrá las cosas en su sitio. Hay lugar para la esperanza y para pensar que podemos conseguir que el rock vaya tomando importancia cada vez en más ámbitos y entornos.

El caso, y voy al grano, es que si Fondo Flamenco (uno de los grupos abanderados de ese género al que podríamos llamar flamenco-pop, que surge a finales de los 90 con grupos como El Barrio, La Húngara o Andy y Lucas) experimenta un cambio tan radical y sorprendente como el que experimentó en su ultimo disco, nos damos cuenta de que algo está cambiando. El rock está de moda. Y como yo ya he dicho en otras ocasiones, más concretamente, lo alternativo está de moda.

Y es que no pude evitar reír casi a carcajadas cuando vi a “los nuevos” Fondo Flamenco. No podía ser. El grupo al que cientos de niñas embadurnadas de oros y niños con ceniceros en el pelo habían idolatrado; ahora llevaban el pelito largo, barba de tres días y Ray-Bans.

                        ANTES
                                        
                        AHORA
                       Juro que son las mismas personas.

Pero su aspecto no era lo único. El cambio en su música también había sido considerable. De hecho fue escuchando su single y viendo su videoclip como me interesé por ésta historia:


Analicemos este single:
Mensajes revolucionarios: “no voy a la iglesia prefiero dar mi euro al negro de la rotonda de Mediamark”; citas históricas: “como dijo Graucho: paren el mundo que me bajo”; mensajes reivindicativos: “si tu te vas a quedar de brazos cruzados, si te conformas con ser uno más del rebaño, yo no tengo dueño ni tengo cadenas”; intelectualismo: “os he visto en la tele sólo un poco, yo prefiero la radio, que no me miente tanto” “Las películas de libros nunca me gustaron, mi padre me enseñó a sumar con el gordo y el flaco”; esa voz intentando imitar algo parecido al soul, en vez de a Canelita y esa batería del final… Mis oídos no daban crédito a lo que estaban escuchando. Así que me armé de valor y decidí escuchar el disco entero, la curiosidad me pudo.

Cuando escuché la 1º pista (“Fantástico”) lo único que pude hacer fue llevarme las manos a la cabeza. Empezaba así:


Nada más y nada menos que con este corte del mítico Silvio, estandarte del rock andaluz en los 80, diciendo una de sus más famosas frases. Un claro guiño al rock y declaración de intenciones desde el primer segundo del disco.

La 4º canción (“Ruina”) empieza con un riff de guitarra eléctrica, el cual nadie diría que éstos chicos sabían ni siquiera lo que era eso. Sí es cierto que la canción decae claramente a medida que avanza, pero ese inicio vuelve a ser un claro guiño al rock.

La 5º (“Me Encanta”) empieza de nuevo con un ritmo que nada tiene que ver con lo que entendíamos por Fondo Flamenco; y en el estribillo rompe con un slide de guitarra y con una enérgica batería. Vuelve a decaer en las estrofas, pero algo es algo.

La 6º (“La última luna de abril”) no está mal, aunque es un poco de lo de antes, pero el estribillo me gustó: “Aquellos 60, un romance de película, una obra de Shakespeare con un final triste”. ¿En serio éstos saben quién es Shakespeare?

Llego a la 10º y no quiero ni escucharla. El título: This is my love. “Como canten en inglés me tiro por la ventana” pensé. Menos mal, no se atrevieron a tanto, sólo alguna frase en el estribillo. Pero repito lo mismo de siempre, ya es algo. Ahí ya se están arriesgando a perder a muchos de sus habituales seguidores, los cuales si no tienen ni la E.S.O., difícilmente sepan inglés.

En la 12º (“Legañas”) vuelve a haber riffs muy marcados, pero lo más fuerte es que hacia la mitad de la canción nos encontramos con un sólo (no me lo puedo creer). No es muy largo, pero no le pidamos peras al olmo. En cuanto a la letra, cabe destacar que hay una parte como rapeada. Están de un alternativo que se salen.

En la 14º, para cerrar el disco, preparaos, meten nada más y nada menos que una ranchera. ”Sureños”, se llama (muy recurrente el título). Lo mejor: la voz como de americanos que ponen. Se han vuelto completamente “creisis”.

Del resto de pistas no hago reseñas porque no tienen nada, son de su estilo anterior. Tampoco os paséis.

En conclusión, y dejando aparte el tono irónico de éste análisis, saquemos conclusiones en serio: De acuerdo que no van a ir al Sonorama. Que probablemente ni siquiera lleguen a la altura de los Melocos. De hecho yo no voy a volver a escuchar el disco. Pero joder, algo es algo. Y si no, volver a mirar las fotos de arriba. Que lo que tenía el del medio debajo del ojo en la primera foto es un piercing, con sus dos bolitas blancas y todo. Aplaudamos los cambios para bien y ojalá muchos sigan su ejemplo.